Por Sebastián Veliz
Ronaldinho Gaucho es simplemente uno de los mayores talentos que hayamos visto jugando al fútbol, alguien que fue capaz de generar aplausos por parte de la parcialidad rival cuando hizo un show en el Santiago Bernabéu junto al FC Barcelona que se ha vuelto un episodio imborrable en la historia del clásico español.
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Pero tras su salida de los Culés fue que el brasileño llegaría al AC Milán de la Serie A donde no dejaría de repartir magia sobre la cancha, pero también habría de comenzar a protagonizar polémicas extradeportivas debido a su gran gusto por la fiesta del cual se haría mención en la autobiografía del ex presidente de los Rossoneri.
Adriano Galliani explicaría que en ese entonces el entrenador Massimiliano Allegri estaba harto del comportamiento del ‘10’: “Allegri me llamaba todos los días para quejarse de que Ronaldinho llegaba tarde a los entrenamientos, que salía de fiesta, que dormía poco”.
“Un día me llamó y estaba más furioso de lo normal. Me dijo: '¡Ya basta, he perdido la paciencia! Es absolutamente necesario venderlo. ¡Esta mañana llegó a tiempo al entrenamiento!'. No entendí y le dije: 'Ahora que por fin llega a tiempo al entrenamiento, ¿quieres deshacerte de él?'. Él me respondió: 'Llegó a tiempo, pero directamente de la discoteca'”.
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Durante su época en el FC Barcelona donde Ronaldinho fue capaz de deslumbrar al mundo entero y ascender al status de estrella tras recibir el balón de oro y el trofeo FIFA World Player, acrecentando su leyenda y posicionándose al lado de figuras como Rivaldo, Romario y Ronaldo, transformándose en un jugador de culto y de los más admirados de este siglo.
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