Una de las tantas razones por las que en México extrañamos la Copa Libertadores es por la proyección que permite el torneo a nivel continental y mundial, situación que desde la década de los noventa ya fungía como especie de semillero para los grandes equipos que empezaban a distanciarse a partir de su alto poder adquisitivo, entre ellos el Milán de Fabio Capello y Silvio Berlusconi.
El que llamó la atención en México y la Serie A fue un mediocampista de apenas 31 años con melena al aire, Álex Aguinaga, de quien querían hacerse con los servicios en la escuadra rossonera. Sin embargo, el futbolista ecuatoriano decidió jugar en el fútbol mexicano, aunque no todo fue como se le prometieron.
Aguinaga contó para el programa Línea de Cuatro que los altos mandos del América y Televisa le informaron del interés por que fuera a Necaxa, situación que cambió en camino al prometerle su fichaje con América, en ese entonces ambos equipos eran de la televisora. Finalmente, en el aeropuerto de la Ciudad de México, Álex supo que su equipo serían los Rayos cuando le colocaron un pin que puso fin a las dudas.
El exfutbolista contó que a pesar de no haber firmado nada cuando lo buscó Fabio Capello, él ya había dado su palabra para jugar en México, promesa a la cual no quiso faltar, dejando el dinero de lado y forjando una historia que lo convirtió en ídolo necaxista.
22/12/2024
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