Por Javier Vaca
Uno de los pasajes más ocultos de Hirving Lozano cuando inició su carrera deportiva, fue su apodo, si bien en el mundo deportivo todos lo conocen como el Chucky, hubo un primer apodo que detesta escucharlo.
El canterano de Pachuca desde pequeño fue muy travieso e intratable, y dada su pequeña estatura, parecía un bichito saltando de un lado a otro lado. El presidente del cuadro hidalguense, Jesús Martínez fue quien lo bautizó de una forma muy particular.
Según revela el diario Reforma, Martínez cuando lo vio en las formativas y dadas las diabluras que hacía en la casa club, decidió llamarlo “ladilla australiana”, apelativo que nunca le gustó a Lozano.
No fue sino hasta la sub-18 cuando el jugador toma el apodo que hasta ahora conserva, “Chucky” en honor al muñeco travieso de las películas de terror.
22/12/2024
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