Por Ricardo Camacho
Era el año 2015, y el Rebaño se acercaba peligrosamente a una década entera sin levantar un título de Liga, una racha realmente mala para un equipo con la dimensión de las Chivas.
Para dolor de la afición rojiblanca, las cosas parecía que no cambiarían mucho. Las cosas con José Manuel ‘Chepo’ de la Torre iban realmente mal. Con unos resultados que no ilusionaban particularmente a nadie y un juego para nada bueno.
En aquel momento, Chivas iba 15° en liga, y la gota que derramó el vaso fue una derrota en casa de Tijuana. Era la quinta derrota del equipo en apenas 8 jornadas de liga, por sólo 2 victorias. La situación era critica.
Fue así cuando el 15 de septiembre se tomó la decisión de cesar al ‘Chepo’ de la Torre como entrenador del Guadalajara. Para darle paso a la llegada del nuevo ‘pastor’, Matías Almeyda, el nuevo entrenador de GuadalajarM
En aquel momento, Chivas iba 15° en liga, y la gota que derramó el vaso fue una derrota en casa de Tijuana. Era la quinta derrota del equipo en apenas 8 jornadas de liga, por sólo 2 victorias. La situación era critica.
Fue así cuando el 15 de septiembre se tomó la decisión de cesar al ‘Chepo’ de la Torre como entrenador del Guadalajara. Para darle paso a la llegada del nuevo ‘pastor’, Matías Almeyda, el nuevo entrenador de Guadalajara.
En aquel entonces, llegaba con un cartel bueno, pero del que nadie esperaba la gran cosa. Venia de haber sido el entrenador que le regresó la categoría a River Plate, después de haber descendido en verano de 2011, sólo un año después. Pero, aquello no le duró mucho al ‘Pelado’ Almeyda, que fue despedido de River en noviembre de 2012.
Llegaba después de una etapa en Banfield que no fue nada increíble. Por eso fue criticado nada más llegar, visto como otro argentino que llegaba a quitarle el trabajo a un entrenador mexicano.
Esas criticas se avivaron cuando perdió en su debut de Copa MX contra Monarcas Morelia, y haber sufrido para eliminar a los Tiburones Rojos, llegando hasta los penales. Pero a partir de ahí, todo cambió.
Almeyda encadenó sus dos primeras victorias contra Querétaro y Monarcas en la liga, para llegar al Clásico Nacional contra el América, partido clave para comenzar a ganarse la simpatía de la fanaticada y la confianza de la dirigencia.
En territorio rival, como lo es el Estadio Azteca y con un hombre menos después de la expulsión de Carlos Salcido antes de irse al descanso, con doblete de Omar Bravo, Chivas ganaba el partido, y Almeyda su primer Clásico Nacional, sumando tres victorias seguidas en la liga.
Ganaría dos partidos más, empató otros dos, y perdió tres. Con estos resultados, sumado a los resultados del ‘Chepo’, Chivas se quedó sin Liguilla, quedando 13°, pero, lo que le consiguió mas tiempo a Matías Almeyda, fue ganar la copa.
Después de eliminar al Toluca en las semifinales, Guadalajara se plantó en la final de la Copa MX contra el Club León, en busca de volver a obtener un título, y el primero con Almeyda.
Al otro lado estaban los ‘esmeraldas’ de Juan Antonio Pizzi con un equipo que venia de un bicampeonato con su anterior entrenador. Aquello era un gran reto para Guadalajara que con un gol de Oswaldo Alanís, le bastó para vencer en la final, y llevarse la Copa MX 2015/16. El primer título de Almeyda llegaba.
Guadalajara era consciente que debía reforzar el equipo para aspirar a cosas más grandes, y le llevaron a Almeyda de Orbelín Pineda como una de las grandes promesas, renovaron el préstamo de Rodolfo Cota, el ‘Aris’ Hernández, y el que en aquel momento era un fichaje estrella, el ‘Gullit’ Peña.
Unas mejores Chivas ahora si se clasificaron para la Liguilla, para cruzarse con el rival más grande en la fase final, las Águilas del América. En aquella ocasión, fueron los azulcrema quienes se impusieron, avanzaron a las semifinales, y Guadalajara fue eliminado.
Después de la eliminación, se jugaron la Supercopa MX contra los Tiburones Rojos, y los rojiblancos se impusieron para hacerse con el segundo título de Almeyda como el pastor de este rebaño, que ya se podía ver que estaba para grandes cosas.
Guadalajara seguía creciendo, metiéndose con más tranquilidad en la Liguilla, donde nuevamente el caprichoso destino los cruzó con América. Donde las águilas se impusieron y eliminaron a Chivas.
Lo que podía salvar el semestre a Guadalajara era la Copa MX, que ya habían ganado, y eliminando al América por penales en las semifinales, se colaron en la final contra los Gallos Blancos del Querétaro. Tiago Volpi, arquero de Querétaro, emergió como la gran figura, y atajando tres penales en la tanda, ganó la Copa para los gallos, dejando a Guadalajara con las manos vacías.
En aquel momento tenia mucha fuerza el rumor de despedir a Matías Almeyda por la falta de resultados y de títulos para la inversión que había hecho el Guadalajara, pero no despedirlo fue la mejor decisión que tomaron en Chivas.
Guadalajara avanzó hasta meterse a una nueva final de Copa, que se volvió la competición que mejor dominó el argentino, llegando a su tercera final desde que era entrenador de los rojiblancos.
Como rival tendrían a Monarcas Morelia. Después de 120 minutos sin goles, llegamos a la tanda de penales, donde el rebaño se impuso por 3-1, para levantar una nueva Copa MX, y comenzar el doblete.
Después de haber superado a Atlas y Toluca en cuartos de final y semifinales respectivamente, Chivas se plantaba en la final contra los Tigres, uno de los rivales más difíciles de los últimos años para cualquiera.
Con un gol de Alan Pulido, más otro de Rodolfo Pizarro, Guadalajara se iba al descanso ganando en la IDA. Parecía que se llevarían una buena ventaja para la VUELTA en su casa, pero, un doblete de André-Pierre Gignac en los últimos minutos, empató el partido.
Para el segundo partido en el estadio de Chivas, Alan Pulido nuevamente abrió el marcador al cuarto de hora, el Guadalajara se fue al descanso con la ventaja. ‘Gallo’ Vázquez pondría el 2-0, marcando el camino hacia la decimosegunda. Tigres apretó con un gol de Ismael Sosa al 88’, ponía a los felinos a un gol del tiempo extra. En una jugada polémica de si era penal o no, el arbitro no señaló nada, dejó seguir, y con eso, pitar el final. 11 años después de su última liga, el Guadalajara era nuevamente el campeón del fútbol mexicano, rompiendo la sequía, de la mano de Matías Almeyda.
Aquello fue tocar techo, y caer al suelo. El equipo con el que Almeyda había sido campeón de liga comenzó a ser desarmado de a poco. Perdiendo el Campeón de Campeones contra Tigres, y no logrando la clasificación a la próxima liguilla, dejando sin opciones de defender siquiera el título.
Almeyda continuó en el puesto por el crédito de la liga, más que venia la Liga de campeones de la CONCACAF. Almeyda consiguió llevar a Guadalajara a la final de la CONCACHAMPIONS contra Toronto FC, hasta la tanda de penales, donde los pateadores rojiblancos no fallaron, y así Guadalajara levantó la Liga de campeones de CONCACAF después de décadas.
Aquel Clausura 2018 marcó el final del ciclo Almeyda por malos resultados deportivos del equipo, más muchos problemas internos con José Luis Higuera. El ‘pelado’ cerró su etapa con 64 victorias, 40 empates, 43 derrotas, y 5 títulos, quedando así como uno de los mejores entrenadores en la historia de Chivas, y el segundo más ganador de la historia del club.
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