Por Arturo Soto
La institución regiomontana tuvo muchos jugadores de jerarquía a lo largo de todo el Siglo 21. A pesar de que su época dorada comenzó en la década del 2010, el crecimiento ya venía desde mucho antes. De hecho, fue desde el cambio de milenio el momento en el que Tigres empezó a ser un equipo respetable, con el 2003 como el año del despegue definitivo.
Es que en aquella campaña del Torneo Apertura, los Felinos obtuvieron la enorme cifra de 38 puntos a lo largo de la fase regular y llegaron a la final ante Pachuca, en la que si bien terminaron perdiendo, sirvió para instalarse en los primeros planos del fútbol mexicano. Ese torneo hubiese sido imposible si el cuadro regio no contaba con los goles del argentino Walter Silvera, quien llegó al club en 2003 tras dos temporadas en Independiente en las que fue titular por encima de un joven Sergio Agüero.
El “Cuqui” fue un elemento fundamental para llevar a los universitarios hasta la eliminatoria decisiva del Apertura 2003, ya que además de ofrecer goles a lo largo de toda la fase regular, apareció en momentos claves de la Liguilla, en los que convirtió el gol que marcó la clasificación contra Cruz Azul en cuartos de final, y luego en la final de vuelta, aportó el 1-0 con el que Tigres ganó dicho encuentro aunque no le alcanzó para gritar campeón por el 1-3 que le propinó Pachuca en la ida.
Luego de varias temporadas vistiendo la playera de los Tigres, en las que se ganó el respeto de los hinchas, Silvera regresó a Argentina en 2006 dejando un saldo de 51 goles en 96 partidos con los Felinos. En la actualidad, trabaja como director técnico de la CAI, un equipo argentino que milita en el Torneo Argentino B, que es la cuarta división del sistema de ligas de su país, y en el que percibe apenas 40.000 pesos argentinos por mes, unos 2.000 pesos mexicanos.
21/12/2024
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