Las Chivas atraviesan una crisis en el torneo Clausura 2025 de la Liga MX. Con una posición en la tabla que no refleja sus aspiraciones y una serie de problemas internos y deportivos, el equipo se enfrenta a desafíos significativos que requieren cambios urgentes para recuperar el rumbo. Acompáñanos a analizar las causas de esta crisis y las posibles soluciones que podrían devolver a las Chivas al protagonismo que su historia demanda.
Tras 11 jornadas disputadas en el Clausura 2025, las Chivas se encuentran en la décima posición de la tabla general, acumulando 15 puntos producto de cuatro victorias, tres empates y cuatro derrotas. El equipo ha anotado 13 goles y ha recibido 14, lo que refleja una diferencia de goles negativa (-1). Este desempeño está por debajo de las expectativas de una institución que históricamente ha sido protagonista en el fútbol mexicano.
Uno de los factores que han influido en la crisis de las Chivas es la inestabilidad en la dirección técnica. Oscar García, quien asumió el cargo en diciembre de 2024, fue suspendido por tres partidos tras un incidente en el que agredió al jugador James Rodríguez durante un encuentro contra León. Esta suspensión afectó la continuidad del proyecto deportivo y generó incertidumbre en el plantel.
Además, García fue hospitalizado por fiebre antes del partido contra Atlético de San Luis, lo que le impidió dirigir al equipo en ese encuentro y en el siguiente contra Pumas. Su asistente, Francisco Manel Ruano, asumió el cargo de manera interina durante su ausencia.
Finalmente, el 3 de marzo de 2025, se anunció la salida de Oscar García del banquillo de las Chivas por mutuo acuerdo, siendo reemplazado por Gerardo Espinoza.
La plantilla de las Chivas ha experimentado cambios significativos que han impactado en su rendimiento. Entre las bajas destacadas se encuentran jugadores como Antonio Briseño, quien se unió al Toluca, y Jesús Orozco Chiquete, transferido al Cruz Azul. Además, otros futbolistas como Carlos Cisneros, Sergio Flores, Pavel Pérez y Santiago Ormeño también dejaron el club antes del inicio del Clausura 2025.
En cuanto a incorporaciones, el equipo sumó a Luis Romo, proveniente del Cruz Azul, como parte del pago por Orozco Chiquete. También se oficializó el regreso de Alan Pulido, quien militaba en el Sporting Kansas City de la MLS, y la llegada de Miguel Tapias desde el Minnesota United.
La constante rotación de entrenadores y la salida de jugadores clave han generado una pérdida de identidad en el equipo. La falta de un proyecto deportivo sólido y a largo plazo ha impedido que las Chivas encuentren una línea de juego definida y consistente. Esta situación ha sido objeto de críticas por parte de exdirectivos de clubes rivales, quienes señalan la necesidad de una reestructuración profunda en la gestión del club.
Para que las Chivas puedan revertir la crisis actual y retomar el camino del éxito, es fundamental implementar una serie de cambios estratégicos en diferentes áreas del club.
La salida de los directores deportivos españoles que llegaron con Fernando Hierro ha dejado un vacío en la gestión deportiva del club. Es imperativo nombrar a un director deportivo con experiencia en el fútbol mexicano y una visión clara para el desarrollo del equipo. Este profesional deberá encargarse de diseñar un proyecto a largo plazo que incluya la formación de jóvenes talentos y la consolidación de un estilo de juego propio.
La llegada de Gerardo Espinoza al banquillo de las Chivas representa una oportunidad para brindar estabilidad al equipo. Es esencial que la directiva respalde su proyecto y le otorgue el tiempo necesario para implementar su filosofía de juego. La continuidad en el cuerpo técnico permitirá al plantel adaptarse a una idea táctica definida y mejorar su rendimiento en el campo.
La directiva debe analizar las posiciones que requieren refuerzos y buscar jugadores que se ajusten al perfil e identidad del club. La incorporación de futbolistas con liderazgo y experiencia puede ser determinante para fortalecer al equipo.
Las Chivas históricamente se han caracterizado por nutrirse de su cantera. Es crucial retomar esta tradición y apostar por el desarrollo de jóvenes talentos que puedan integrarse al primer equipo. La inversión en fuerzas básicas y la creación de un entorno favorable para el crecimiento de los juveniles será clave para el futuro del club.
Gerardo Espinoza tiene una tarea desafiante al tomar las riendas de Chivas en plena crisis del Clausura 2025. Para lograr una mejora inmediata y devolver al equipo a los primeros puestos de la tabla, debe implementar cambios estratégicos tanto en lo táctico como en la gestión del grupo.
Uno de los principales problemas del equipo ha sido la falta de una identidad táctica definida. Espinoza debe decidir si seguirá con el 4-2-3-1 que ha utilizado Chivas o si explorará otras variantes. Un 4-3-3 le permitiría tener mayor control en el mediocampo, reforzando la posesión del balón. Otra opción sería el 5-3-2, reforzando la defensa y apostando por los contragolpes con Alan Pulido y Cade Cowell en el ataque.
Chivas ha anotado solo 13 goles en 11 partidos, una cifra baja para un equipo que aspira a estar entre los mejores. Espinoza debe trabajar en la generación de jugadas ofensivas, aprovechando la velocidad de sus extremos y la capacidad de remate de Javier Hernández. Implementar entrenamientos específicos de finalización y trabajar en automatismos en ataque podría mejorar la efectividad del equipo.
El equipo ha recibido 14 goles en el torneo, reflejando vulnerabilidad en la zona baja. Espinoza debe establecer una defensa más compacta, promoviendo mejor comunicación entre los centrales y laterales. También es clave reforzar la presión tras pérdida para evitar que los rivales tengan facilidades en el contragolpe.
01/04/2025
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