El fútbol mexicano ha sido escenario de diversos escándalos relacionados con el amaño de partidos y las apuestas ilegales. A lo largo de los años, varios equipos han estado bajo sospecha o han sido directamente implicados en actividades que buscan manipular los resultados de los encuentros. A continuación, se detallan algunos de los casos más destacados que han sacudido al balompié nacional.
En febrero de 2025, la Federación Mexicana de Fútbol (FMF) anunció sanciones severas contra siete jugadores de los clubes Real Apodaca y Correcaminos de la UAT, pertenecientes a la Liga Premier y la Liga de Expansión, respectivamente. Estos futbolistas fueron encontrados culpables de manipular partidos con fines de apuestas ilegales. Las sanciones impuestas sumaron un total de 57 años de suspensión, distribuidos de la siguiente manera:
Estas medidas fueron resultado de una investigación que reveló la participación de los implicados en apuestas que alteraron el curso natural de los encuentros. La FMF enfatizó que este tipo de conductas contravienen los reglamentos internos y los códigos de ética tanto nacionales como internacionales.
En diciembre de 2020, Cruz Azul enfrentó a los Pumas de la UNAM en las semifinales del torneo Guardianes 2020 de la Liga MX. Tras obtener una ventaja de 4-0 en el partido de ida, Cruz Azul sufrió una sorprendente derrota de 0-4 en el encuentro de vuelta, quedando eliminado por criterios de desempate. Este resultado inesperado generó especulaciones y sospechas sobre un posible amaño de partido, aunque no se presentaron pruebas concluyentes al respecto.
La final del torneo Verano 2002 entre América y Necaxa es otro de los encuentros que ha estado bajo la lupa por posibles arreglos. Al término del primer tiempo, Necaxa lideraba el marcador 2-0. Sin embargo, América logró empatar y, eventualmente, ganar el campeonato con un gol de oro en tiempo extra. Este cambio drástico en el desempeño de ambos equipos alimentó rumores sobre un posible acuerdo entre las directivas, dado que ambos clubes pertenecían al mismo grupo empresarial en ese momento.
En el torneo de Verano 2003 de la Primera A (actual Liga de Expansión), Antonio Carlos Santos, entonces director técnico de los Lagartos de Tabasco, denunció que sus jugadores fueron sobornados para dejarse ganar por el León. Según Santos, sus futbolistas recibieron incentivos económicos para perder deliberadamente, lo que resultó en la eliminación de su equipo. Aunque estas acusaciones generaron controversia, no se llevaron a cabo sanciones oficiales debido a la falta de pruebas concluyentes.
En la década de los 90, el Atlante se vio envuelto en una controversia cuando Eduardo Rergis, jugador del equipo, insinuó que su compañero Raúl Arias podría haber participado en el amaño de un partido. Rergis sugirió que ciertas actuaciones de Arias en el campo eran sospechosas y podrían estar relacionadas con arreglos de partidos. No obstante, estas acusaciones no trascendieron más allá de los señalamientos internos y no se emprendieron acciones disciplinarias formales.
Los casos mencionados reflejan la vulnerabilidad del fútbol mexicano ante prácticas que buscan manipular los resultados deportivos. Si bien algunas acusaciones no han sido respaldadas con evidencia suficiente, la recurrencia de estos incidentes subraya la necesidad de implementar medidas preventivas y sanciones contundentes para preservar la integridad del deporte. La colaboración entre clubes, federaciones y autoridades es esencial para detectar y erradicar cualquier intento de amaño, garantizando así la transparencia y justicia en las competiciones.
02/04/2025
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01/04/2025
01/04/2025
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