La selección mexicana de fútbol, a lo largo de su historia, ha sido cuna de talento indiscutible, pero también escenario de tensiones internas donde los egos de las figuras han jugado un papel determinante. Hugo Sánchez, en su etapa como director técnico del combinado nacional, no fue ajeno a esta realidad. Filtraciones de la época apuntaban a roces entre el entrenador y algunos seleccionados, presuntamente por el manejo de egos en un vestuario plagado de estrellas. En este contexto, un episodio particular marcó la salida de un futbolista clave del equipo tricolor, un hecho que Pavel Pardo, años después, se encargaría de esclarecer.
Tras su abrupta salida de la selección mexicana, Pavel Pardo, uno de los volantes más destacados del fútbol azteca en su momento, guardó silencio sobre las razones que lo llevaron a quedar fuera de la convocatoria. Sin embargo, en una entrevista reciente para TUDN, el ex jugador rompió el silencio y ofreció su versión de los hechos, desmintiendo las especulaciones iniciales sobre problemas de ego.
Pardo explicó que nunca recibió una explicación clara y directa por parte de Hugo Sánchez sobre su exclusión del equipo. Simplemente, fue separado del grupo por decisión del cuerpo técnico encabezado por el entonces entrenador, quien finalmente renunciaría al cargo tras la trágica Copa Oro de 2007, marcada por el escándalo de Carson.
La clave del desencuentro entre Pardo y Sánchez, según relata el propio ex jugador, radica en un malentendido en torno a su disponibilidad para la Copa Oro. Sánchez, a través de un emisario, consultó a Pardo sobre su disposición para disputar el torneo, indagando si prefería descansar o participar en la competencia.
Pardo, en su respuesta, manifestó su deseo de jugar la Copa Oro, pero también expresó su intención de tomar un periodo de vacaciones posterior al torneo, considerando la exigencia física y mental de la temporada. Esta declaración, que Pardo consideraba una solicitud razonable, fue interpretada de manera diferente por Hugo Sánchez.
Para sorpresa de Pavel Pardo, su planteamiento sobre la Copa Oro y sus vacaciones posteriores fue tomado por Hugo Sánchez como una muestra de falta de compromiso y una exigencia indebida. El entrenador, según la versión del ex volante, consideró que Pardo no debía descansar y, en consecuencia, tomó la decisión de separarlo del seleccionado mexicano.
Esta determinación de Sánchez resultó polémica y cuestionada en su momento. Pardo era un jugador fundamental en el esquema del Tri, un mediocampista con experiencia, calidad y liderazgo. Su exclusión debilitó al equipo y generó interrogantes sobre el manejo de grupo por parte del entrenador.
El caso de Pavel Pardo ilustra la complejidad de manejar un vestuario lleno de figuras con personalidades fuertes. Si bien Hugo Sánchez buscaba imponer su autoridad y disciplina, su rigidez en este caso particular terminó por costarle la participación de un jugador clave en un torneo importante.
La versión de Pardo sugiere que no hubo un problema de ego por su parte, sino un malentendido en la comunicación y una interpretación inflexible de Sánchez ante una solicitud que el jugador consideraba legítima. Este episodio pone de relieve la importancia del diálogo y la flexibilidad en la gestión de grupos de alto rendimiento.
La ausencia de Pavel Pardo en la Copa Oro de 2007 fue una baja sensible para la selección mexicana. Su experiencia y calidad en el mediocampo se extrañaron, y el equipo no logró el rendimiento esperado. La polémica decisión de Hugo Sánchez, basada en un malentendido y una interpretación rígida, terminó por debilitar al Tri en un torneo importante.
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