VIDEO l Fue el único que mostró carácter en Rayados y este jugador así lloró al perder la final ante América

El colombiano Johan Rojas no pudo contener las lágrimas y mientras el América levantaba el trofeo de tricampeón, se puso a llorar luego de ser el jugador que puso a Rayados en el marcador con el gol del 1 a 1 que fue inservible en la final de vuelta.

El Club de Fútbol Monterrey, conocido como "Rayados", es uno de los equipos más populares y competitivos del fútbol mexicano. Fundado en 1945, este club regiomontano ha experimentado grandes éxitos a lo largo de su historia, incluyendo campeonatos de liga, copas nacionales e internacionales. Sin embargo, también ha enfrentado momentos de desilusión, particularmente en las finales que ha perdido. Estas derrotas han dejado huella tanto en la institución como en su apasionada afición.

A lo largo de los años, Monterrey ha participado en numerosas finales, pero no siempre ha logrado salir victorioso. Una de las derrotas más recordadas es la final de la temporada 1992-1993 contra Atlante. En aquella ocasión, los Rayados llegaron con altas expectativas, pero el equipo azulgrana fue superior y se coronó campeón tras vencer en el marcador global. Esta fue una de las primeras grandes desilusiones para los seguidores regiomontanos.

Otro episodio doloroso ocurrió en el Torneo Apertura 2004, cuando Monterrey enfrentó a Pumas de la UNAM en la final. Después de un empate en el partido de ida, la vuelta se disputó en el Estadio Tecnológico, donde la afición esperaba celebrar un título más. Sin embargo, un gol de Israel Castro dio la victoria a los universitarios, dejando a los Rayados con el subcampeonato.

La historia de finales perdidas continúa con el Torneo Apertura 2005, en el que Monterrey se enfrentó a Toluca. En el juego de ida, los Rayados lograron un empate en casa, pero en la vuelta, disputada en el Estadio Nemesio Diez, el equipo choricero se impuso con un marcador contundente, llevándose el campeonato. Esta derrota dejó una amarga sensación, ya que Monterrey había mostrado un nivel competitivo a lo largo del torneo.

Una de las finales más dolorosas y recientes fue la del Torneo Clausura 2017, en la que Monterrey enfrentó a Tigres, su acérrimo rival regiomontano. Este enfrentamiento marcó un momento histórico para la ciudad, ya que era la primera vez que ambos equipos se encontraban en una final de liga. Monterrey llegó como favorito tras una excelente campaña regular, pero Tigres logró imponerse en el marcador global, dejando a los Rayados y su afición en una profunda tristeza.

Otra final que quedó marcada en la memoria de los aficionados fue la del Torneo Apertura 2019, donde Monterrey llegó a la final de la Copa MX enfrentando a los mismos Tigres. Pese a jugar con intensidad, el equipo albiazul perdió en los penales, lo que acrecentó la rivalidad y la sensación de impotencia ante su máximo adversario.

Además de las finales de liga y copa, Monterrey también ha tenido tropiezos en torneos internacionales. Un ejemplo claro es la final de la Liga de Campeones de la CONCACAF en 2012 contra Santos Laguna. Aunque Monterrey había tenido un desempeño destacado en la competencia, no logró alzarse con el título, lo que representó un duro golpe para sus aspiraciones internacionales.

Estas derrotas han sido un aprendizaje y una fuente de motivación para el club y sus jugadores. La directiva ha trabajado constantemente en reforzar al equipo con talento nacional e internacional, lo que ha permitido que Monterrey siga siendo un contendiente serio en todas las competiciones en las que participa. Además, la afición, conocida por su lealtad y pasión, ha demostrado una capacidad inigualable para mantenerse fiel al equipo en las buenas y en las malas.

Las finales perdidas forman parte de la historia y la identidad de Monterrey. Aunque representan momentos de tristeza, también han fortalecido al club y a su afición, quienes han aprendido a levantarse y seguir adelante. Cada derrota es una oportunidad para crecer y aspirar a nuevos logros, y los Rayados han demostrado que tienen la capacidad de superar las adversidades y luchar por seguir escribiendo su legado en el fútbol mexicano.