Cada que un jugador naturalizado llega a la Selección Mexicana se vuelve a abrir el debate sobre si tiene las cualidades suficientes para ocupar el lugar que se le podría dar a uno de los jóvenes que proliferan en el fútbol nacional, pero posiblemente ningún otro llamado fue tan polémico como el de Guillermo Franco.
El Guille se subió al Tri de Ricardo La Volpe en 2005 por una lesión de Miguel Sabah, de quien se decía no estaría listo para llegar al Mundial de Alemania 2006, cuestión que a pesar de no presentarse sí dejó fuera al jugador y en su lugar se llevó al nacido en Argentina, al igual que el timonel, y se le entregó la playera con el dorsal número 10. Sin embargo, Javier Aguirre, quien salvó de un desastre anunciado al Tricolor rumbo a Sudáfrica 2010, también consideró a Franco en su lista definitiva.
Tras su retiro, el Guille se alejó del mundo del fútbol argumentando que era demasiada la presión que existía, por lo que decidió quedarse en Monterrey, donde vivió sus mejores años como ídolo de Rayados.
De acuerdo con ESPN, el exjugador se dedica a la chatarra al ser dueño de una empresa de reciclaje, aunque hace un par de años compartió para Multimedios que terminó su curso como entrenador, por si en algún momento le vuelve la cosquilla de regresar al fútbol.
21/12/2024
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