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¿Cuáles son las tácticas predilectas de Javier Aguirre? El estilo de juego del Vasco

¡Descubre la evolución táctica de Javier Aguirre! Analiza sus diferentes formaciones, conoce cómo adapta su juego a cada equipo.

Por Angel Carrillo Hernández

Javier Aguirre | Foto: @miseleccionmx
Javier Aguirre | Foto: @miseleccionmx

Javier Aguirre, conocido por su pragmatismo táctico y su capacidad de adaptación a distintos escenarios competitivos, ha utilizado diversas formaciones a lo largo de su carrera. Aunque históricamente ha sido identificado con el 4-4-2, su evolución como entrenador ha demostrado una inclinación hacia esquemas más flexibles, dependiendo de las necesidades de sus equipos. Su experiencia en ligas como LaLiga y la Liga MX ha consolidado su reputación como un estratega capaz de ajustar su estilo de juego a las exigencias del contexto.

La evolución táctica de Javier Aguirre

Del 4-4-2 al 4-3-3 en Monterrey

Durante su paso por Monterrey, Aguirre adoptó un esquema basado en el 4-3-3, que en fase defensiva se transformaba en un 4-5-1. Esta táctica le permitió a su equipo mantener una estructura equilibrada entre ataque y defensa, con laterales profundos y un mediocampo versátil que aseguraba la posesión del balón. A pesar de que el 4-4-2 ha sido una constante en su carrera, la necesidad de Monterrey de tomar la iniciativa en los partidos lo llevó a apostar por una formación más dinámica y ofensiva.

Cuando el equipo tenía la posesión, los centrales se abrían para permitir una salida limpia del balón, mientras que el mediocampista central retrocedía para brindar apoyo. En este esquema, los extremos jugaban un papel fundamental al fijar a los defensores rivales y permitir la llegada de los laterales al ataque. Además, los interiores tenían la misión de romper líneas con pases filtrados o movimientos de apoyo a los delanteros.

El 4-5-1 en fase defensiva

Sin el balón, Monterrey se replegaba en un 4-5-1 compacto que dificultaba la progresión del rival. Los extremos retrocedían para ayudar en labores defensivas, formando una línea de cinco mediocampistas que cerraba los espacios en la zona central. Este enfoque tenía como objetivo recuperar el balón en campo propio y salir rápidamente al contraataque, una estrategia que Aguirre ha utilizado en múltiples equipos.

Adaptación en otros equipos

El 5-4-1 en el Leganés

Cuando Aguirre dirigió al Leganés en LaLiga, optó por un esquema más defensivo: el 5-4-1. Con este sistema, buscaba fortalecer la línea defensiva con tres centrales y dos carrileros, priorizando la solidez en la zaga y la contención en el mediocampo. La intención era mantener un bloque medio y compacto que redujera los espacios para el rival, apostando por ataques rápidos en transición.

Este esquema también le permitió a Aguirre aprovechar jugadores con vocación defensiva en la línea de cinco y generar superioridad numérica en el área propia. En ofensiva, el equipo buscaba explotar las bandas con los carrileros y extremos, mientras que el delantero centro tenía la responsabilidad de fijar a los defensores y generar espacios.

El 4-2-3-1 como alternativa táctica

Otro esquema que Aguirre ha utilizado en distintos momentos es el 4-2-3-1, que le permite mantener la solidez en el mediocampo mientras añade creatividad en la zona ofensiva. Este sistema se ha convertido en una opción recurrente para transicionar entre el 4-3-3 ofensivo y el 4-5-1 defensivo.

En esta formación, los dos mediocampistas defensivos se encargan de equilibrar el equipo, mientras que un mediapunta actúa como enlace entre el mediocampo y la delantera. Este ajuste táctico ha sido clave para adaptarse a rivales que priorizan la posesión del balón y obligan a un repliegue ordenado.

Fase ofensiva: variantes y estrategias

Juego de posición y movilidad

En equipos como Monterrey, Aguirre ha implementado un juego asociativo con movilidad constante. En la salida de balón, los centrales se abrían y el pivote bajaba a recibir, generando superioridad numérica en la primera fase de construcción. Los laterales mantenían la amplitud y los interiores se posicionaban entre líneas para recibir en ventaja y acelerar la transición ofensiva.

Los extremos, por su parte, tenían la función de estirar las líneas rivales y generar espacios en el centro del campo. Este planteamiento permitía a Monterrey alternar entre ataques posicionales y transiciones rápidas, dependiendo del contexto del partido.

Presión alta y recuperación tras pérdida

Cuando el equipo perdía el balón en campo rival, Aguirre apostaba por una presión intensa en un 4-3-3, con el delantero centro cerrando líneas de pase a los centrales y los extremos encargados de presionar a los laterales. Los mediocampistas se emparejaban con sus rivales directos para impedir salidas limpias, buscando recuperar el balón lo más alto posible y aprovechar el desorden del rival.

Si la presión no resultaba efectiva, el equipo replegaba líneas para formar un bloque medio en 4-5-1, priorizando la organización defensiva antes de intentar recuperar la posesión.

Conclusión

La táctica de Javier Aguirre ha evolucionado a lo largo de su carrera, adaptándose a las necesidades de cada equipo. Si bien el 4-4-2 fue su sello distintivo durante años, en equipos como Monterrey y Leganés mostró una mayor flexibilidad táctica, utilizando formaciones como el 4-3-3, el 4-5-1 y el 5-4-1. Su enfoque se basa en equilibrar defensa y ataque, priorizando la organización táctica y la capacidad de respuesta ante distintos escenarios de juego.

Lo que debes saber de la táctica de Javier Aguirre

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