Por Edgar Gutiérrez
Cuando México se proclamó campeón del mundo sub 17 en el mundial de Lima 2005, algunos jugadores tenían un futuro reluciente. Uno de ellos era Ever Guzmán, el único jugador de toda la plantilla que ya había debutado en primera división cuando se coronó campeón, anotando incluso en la final ante Brasil.
No obstante, al igual que la mayoría de seleccionados de esa generación, Ever se quedó en promesa y no pudo destacar, a pesar de que hasta Barcelona lo llamó a probarse a la Masía durante unos meses para que pudiera ser compañero de Giovani Dos Santos que en ese momento también estaba en Barcelona.
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Sin embargo, luego del periodo de prueba Barcelona le dio las gracias a Guzmán y éste tuvo que volver a México. De vuelta en Monarcas, Ever no pudo ganarse un puesto titular en el primer equipo y salió a préstamo rumbo a la Liga de Ascenso. Ahí vivió la mejor temporada de su carrera marcando 16 goles para Mérida.
Luego de su etapa en la segunda división mexicana, Guzmán volvió a Monarcas, donde tuvo más oportunidades que en su primera etapa pero nunca logró consagrarse como la figura que estaba llamado a ser. En 2015, Monarcas finalmente lo vendió a Correcaminos y así terminó la carrera en primera división de una de las joyas no logradas de nuestro fútbol.
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Luego de no encontrar cabida en ningún equipo mexicano, Ever siguió el los pasos de varios compatriotas y salió al extranjero a buscar una segunda oportunidad. Para su fortuna elHartford Athletic de la segunda división de Estados Unidos le abrió las puertas y hasta ahora sigue jugando en ese equipo.
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