Era el nuevo Gignac pero Herrera no le aguantó indisciplinas y lo mandó al Atlas

El año pasado, Miguel Herrera tomó decisiones polémicas apenas fue elegido como técnico de Tigres, siendo la salida de Julián Quiñones una de las que parecían razonables por el nivel que había mostrado el delantero con Ricardo Ferretti.

A ello cabe agregarle que una de las razones principales para externarle que no contaba con él eran sus constantes indisciplinas, mismas que le habrían costado la confianza con el ‘Piojo’ pues se rumora que sus fiestas eran muy frecuentes.

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Sin embargo en Atlas no pareció un problema pues en sus dos primeros torneos fue campeón siendo clave para el esquema de Diego Cocca, por lo que exhibió que fue Herrera quien no supo ni orientarlo ni sacarle el mayor provecho a su potencia física en el campo de juego.

Era el nuevo Gignac

Según cuenta Vladimir García de TUDN, la anterior directiva de Tigres consideraba que Quiñones era el heredero perfecto para la figura de André-Pierre Gignac desde que el colombiano se encontraba en las divisiones inferiores del club felino.