Iba a ser el nuevo Zague del América y terminó sin equipo por culpa de Tigres

La cantera del Club América ha visto surgir muchos talentos en las últimas décadas, algunos han logrado consolidarse y dar el salto al Viejo Continente, donde han tenido carreras brillantes, mientras que otros terminaron por colgar los botines antes de tiempo o deambularon por infinidad de equipos de menor envergadura o en ligas exóticas. 

Enrique Esqueda, la estrella que no pudo brillar

Uno de los tantos canteranos de América que pintaba para grandes cosas era Enrique Esqueda, quien formó parte de aquella generación dorada que se coronó campeona del Mundo Sub-17 en 2005; sin embargo, jamás logró consolidarse a pesar de sus grandes condiciones.

Ver más noticias: Los bultos que se irían del América para que llegue Joao Rojas y un refuerzo más

El Paleta Esqueda estuvo cinco años con las Águilas del América, donde disputó 131 juegos, en los que marcó 19 goles y dio 11 asistencias, según Transfermarkt, además consiguió alzar una InterLiga y una Concacaf Liga de Campeones.

Desafortunadamente jamás pudo despegar y en 2011 terminó marchándose del club para posteriormente vestir las camisetas de Pachuca, Atlas, Tigres, Veracruz, Chiapas, Arka Gdynia y East Bengal FC.

Con los Ti-gue-res tuvo un repunte y ganó un título de Liga MX, incluso fue llamado héroe en Argentina luego de marcarle un triplete al Juan Aurich en la Libertadores de 2015, que le dio el pase a River Plate.

Ver más noticias: América renueva a su estrella, juega más que Córdova y cobra menos que Jonathan

Su último club en la Liga MX fue Jaguares de Chiapas, después probó suerte en el Arka Gdynia de Polonia y posteriormente emigró al East Bengal de la India, tras derrochar talento en ligas exóticas, Esqueda regresó a México pero no pudo encontrar acomodo, ya que de acuerdo con el jugador, Tigres le cerró las puertas y por eso no lo contratan.

Desde el 11 de marzo de 2019 se encuentra sin equipo a pesar de tener 33 años. Actualmente se encuentra valuado en 400 mil euros y es un claro ejemplo de las joyas que jamás pudieron brillar y se terminaron apagando.