Debutó con Chivas, jugó Copa Libertadores, estuvo en prisión y no encuentra equipo

Ulises Dávila, una vez considerado una de las mayores promesas del fútbol mexicano, ha visto cómo su carrera ha tomado un rumbo inesperado. Surgido de las inferiores de Chivas, el volante ofensivo mostró un talento innato desde muy joven, siendo pieza clave en la obtención de la Manchester United Premier Cup en 2006. Pasó por varios obstacúlos incluyendo un paso por la cárcel y ahora está sin poder jugar. Dávila fue acusado de pagar a futbolistas lo que lo llevó a pasar algunos días detenido en prisión hasta que aclaró su situación. Un año antes habia pérdido a su esposa, Lily Pacheco, tras una dura enfermeda.

Su debut profesional con el Rebaño Sagrado coincidió con una de las épocas más gloriosas del club, llegando a disputar la final de la Copa Libertadores en 2010. Sin embargo, su paso por Guadalajara fue efímero y, tras ser vendido al Chelsea, no logró consolidarse en el fútbol europeo.

A lo largo de su carrera, Dávila ha tenido la oportunidad de jugar en diversos clubes, pero nunca ha logrado encontrar la estabilidad ni alcanzar el nivel que se esperaba de él. Su último equipo fue el Macarthur FC de Australia, donde fue capitán hasta verse involucrado en un escándalo de apuestas que terminó con la rescisión de su contrato.

El caso de Ulises Dávila es un claro ejemplo de cómo el talento no siempre es suficiente para triunfar en el fútbol profesional. Factores externos como lesiones, decisiones equivocadas y problemas personales pueden truncar la carrera de un jugador, incluso de uno con tanto potencial como él.

A sus 33 años, Dávila se encuentra en un punto de inflexión de su carrera. Con su pasado marcado por altos y bajos, el mexicano deberá demostrar que aún tiene fútbol para ofrecer y encontrar un nuevo equipo donde pueda relanzar su carrera. Sin embargo, la sombra del escándalo de apuestas y los años perdidos podrían dificultar su tarea.