Por Carlos Pérez
Las historias de vida de muchos jugadores mexicanos suelen ser deprimentes. Hay tantas que algunas llegan a tener secciones para poder calificarlas: promesas que no se cumplieron, cracks que brillaron pero que una lesión los dejó fuera, talentosos futbolistas que lo perdieron todo en adiciones, etc.
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Este caso es el de un jugador que es considerado uno de los mejores guardametas que han pasado por el fútbol mexicano. Estamos hablando de Pablo Larios, jugador que debutó en el Zacatepec y que dentro de la misma Liga de Ascenso fue llamado a la Selección mexicana por el mítico Bora Milutinović.
Larios fue el maestro de Jorge Campos, a quien después de su fallecimiento admiró y le reconoció como su tutor. Larios ha confesado que sus más grandes satisfacciones las vivió con el Puebla, quien tras su salida de Cruz Azul todavía pudo conseguir con los camoteros el ansiado título de liga.
El mismo ex arquero confesó el ser adicto a la cocaína por varios años: “Gracias a la fama, conocí a muchísima gente de todos los estratos sociales. Me resultaba muy fácil conseguir cualquier tipo de droga." Desgraciadamente, Larios falleció el 2019 debido a una oclusión intestinal y a un paro respiratorio.
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