En el 2011 uno de los capítulos más importantes en la historia del fútbol mexicano daba inicio, pues la selección mexicana Sub-17 se coronaba campeona del mundo en el estadio Azteca al vencer a su similar de Uruguay. En ese grupo de jóvenes habría muchos que darían el salto a la primera división pero otros que se quedarían en el olvido.
Uno de estos es Julio Gómez o mejor conocido como la Momia debido al legendario partido de semifinales donde tuvo que jugar con un vendaje en la cabeza debido un golpe que sufrió pero que no le impidió anotar el gol de la victoria que le daría el pase a la selección a la gran final ante los charruas.
Después del certamen se esperaba que esta camada diera el salto y se consolidaran como en alguno momento lo hicieron los jóvenes del 2005 quienes también fueron campeón sub-17 del mundo aunque esta generación no tendría tanta suerte pues debido a diversos factores nunca pudieron hacerse de un lugar en sus equipos.
El becado que Martino preferiría llevar al Tri, en lugar de Acevedo y no es Ochoa
Julio Gómez debutó con Pachuca pero no logró hacerse de un lugar y tuvo que ser cedido a varios equipos entre ellos: Chivas, Correcaminos, Cafetaleros, Jaguares, Coras y Zacatepec. Al final tuvo que desistir de su sueño de ser futbolista y retirarse de las canchas.
Ahora el destino para Julio Gómez es otro pues vive con sus papás en Estados Unidos donde se dedica a realizar trabajos de albañilería que incluso comparte en sus redes sociales. Incluso sus padres se han mostrado molestos ante la situación de su hijo pues consideran que lo asesaron mal.
22/11/2024
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