Joffre Guerrón ganaba 1 millón de dólares en Cruz Azul, fue un fracaso y ahora a lo que se dedica

Joffre "Dinamita" Guerrón, aquel extremo ecuatoriano que deslumbró en la Copa Libertadores y llegó a Cruz Azul como fichaje estelar, ha dado un giro radical a su vida tras su retiro del fútbol profesional. Lejos de los reflectores y los estadios, Guerrón se ha reinventado como empresario y músico, demostrando que su talento va mucho más allá de las canchas.

Guerrón irrumpió en el panorama futbolístico sudamericano con su velocidad, potencia y habilidad para desequilibrar defensas. Su actuación estelar en la Copa Libertadores 2015, donde llevó a Tigres a la final, lo catapultó a la fama internacional.

Su desempeño no pasó desapercibido para Cruz Azul, que lo fichó en 2016 con la esperanza de que liderara al equipo hacia el título. Según TUDN, Guerrón habría ganado un millón de dólares por temporada con la Máquina Cementera, un salario acorde a su estatus de estrella.

Sin embargo, su paso por Cruz Azul no fue el esperado. A pesar de destellos de su calidad, Guerrón no logró consolidarse como titular indiscutible y su rendimiento estuvo lejos de su mejor nivel.

La nueva faceta que tiene Guerrón, alejada del fútbol

Tras su salida de Cruz Azul y su posterior retiro del fútbol profesional, Guerrón sorprendió a muchos al incursionar en el mundo empresarial y musical. A través de sus redes sociales, Guerrón ha mostrado su faceta como empresario gastronómico, con su restaurante "El Gol de Guerrón".

El restaurante, ubicado en Ecuador, ofrece una variedad de platos inspirados en la cocina ecuatoriana y latinoamericana. El nombre del establecimiento, "El Gol de Guerrón", es un guiño a su pasado como futbolista y un homenaje a los goles que marcaron su carrera.

Además de su faceta como empresario, Guerrón también ha incursionado en la música. El exfutbolista ha compartido videos en sus redes sociales donde se le ve cantando y tocando instrumentos musicales.

No solo tiene el restaurante, Guerrón y otras actividades

Guerrón también ha invertido en propiedades, demostrando su visión para los negocios. Su vida actual transcurre entre su restaurante, su música y sus inversiones, alejado del bullicio del fútbol profesional.

La historia de Joffre Guerrón es un ejemplo de cómo la vida de un deportista puede tomar rumbos inesperados tras el retiro. Su capacidad para reinventarse y explorar nuevas facetas demuestra que el talento y la pasión pueden manifestarse de muchas maneras.

Aunque su paso por Cruz Azul no fue el esperado, Guerrón dejó una huella en el fútbol mexicano y su nombre siempre será recordado por su talento y su explosividad en el campo de juego. Ahora, lejos de los estadios, Guerrón construye un nuevo legado como empresario y músico, demostrando que su vida es mucho más que un gol.

De las calles del Chota a la gloria: El humilde origen de Joffre Guerrón

La historia de Joffre "Dinamita" Guerrón, el veloz extremo ecuatoriano que deslumbró en la Copa Libertadores y dejó su huella en el fútbol mexicano, es un relato de superación y talento innato. Sus inicios, lejos de los reflectores y los estadios profesionales, se forjaron en las calles de su pueblo natal, en el Valle del Chota, Ecuador.

En una entrevista, Guerrón recordó con nostalgia sus primeros pasos en el fútbol. "Jugábamos con una pelota hecha de obos", relató el ex futbolista, refiriéndose a una fruta que crece en abundancia en su tierra natal. Los obos, con su forma redonda y su textura resistente, se convertían en improvisados balones que rodaban por las calles empedradas y los campos de tierra.

La precariedad no fue un obstáculo para el joven Guerrón, cuya pasión por el fútbol lo impulsaba a jugar incansablemente. La falta de un balón reglamentario no limitaba su creatividad ni su habilidad para driblar, regatear y marcar goles.

El Valle del Chota, conocido por su rica tradición futbolística, fue el escenario donde Guerrón desarrolló su talento. Los partidos improvisados en las calles y los campos de tierra se convirtieron en su escuela, donde aprendió a dominar el balón y a enfrentar a rivales más grandes y experimentados.