Observamos con interés cómo el fútbol mexicano combina pasión y rentabilidad, especialmente en la Liga MX, una competencia que se distingue por sus cifras económicas. Los altos salarios que perciben los futbolistas, muy por encima del promedio nacional, subrayan el peso financiero de este deporte, que no solo atrae talento internacional, sino que también invierte desde las bases en su desarrollo.
Desde nuestra perspectiva, la Liga MX no solo es un espectáculo deportivo, sino un negocio próspero que evidencia sus prioridades en cada nómina. La llegada masiva de jugadores sudamericanos y el enfoque en las fuerzas básicas son señales claras de un modelo que busca consolidarse como uno de los más lucrativos de América.
Analizamos los números y encontramos que la Primera División de la Liga MX ofrece sueldos promedio de 3.8 millones de pesos mensuales, una cifra que contrasta drásticamente con los 35 mil pesos que perciben los jugadores de la Segunda División. Esta brecha pone en evidencia las diferencias estructurales dentro del fútbol mexicano, donde el nivel más alto opera como un mercado de élite.
La pandemia del COVID-19 marcó un punto de inflexión, forzando recortes salariales en la Liga MX. A pesar de ello, los ingresos de los futbolistas de Primera División se mantuvieron elevados, con un promedio de 280 mil pesos por partido. Este dato refleja la capacidad del torneo para generar ganancias, beneficiando tanto a clubes como a patrocinadores, incluso en tiempos de crisis.
Por otro lado, la inversión en las categorías inferiores también merece atención. En las fuerzas básicas, los jóvenes talentos ganan entre 20 mil y 50 mil pesos mensuales, un indicio de la apuesta a largo plazo por formar jugadores competitivos. Esta estrategia no solo fortalece el futuro de los equipos, sino que también explica la presencia constante de México en torneos juveniles internacionales.
Un elemento clave en este panorama es la llegada de futbolistas sudamericanos, atraídos por los jugosos contratos. Países como Argentina, Colombia y Uruguay aportan talento que eleva el nivel deportivo y, al mismo tiempo, refuerza la imagen de la Liga MX como un destino financieramente atractivo en el continente.
Profundizamos en las diferencias entre divisiones y vemos que la realidad de la Segunda División dista mucho de la opulencia de la máxima categoría. Mientras un jugador de Primera puede embolsarse cientos de miles por partido, en la división inferior el promedio cae a 5,785 pesos por encuentro. Esta disparidad resalta los retos para quienes buscan ascender en el fútbol mexicano.
Algunas características económicas del fútbol mexicano incluyen:
Estas cifras muestran un sistema donde la cima disfruta de privilegios económicos, mientras las bases y la Segunda División enfrentan limitaciones que dificultan su crecimiento.
La Liga MX se consolida como un pilar económico del deporte en México, con salarios que reflejan su capacidad para competir en el mercado global. Sin embargo, las diferencias entre divisiones y la dependencia de inversión extranjera nos invitan a cuestionar cómo se puede equilibrar este modelo para beneficiar a todos los niveles del fútbol nacional.
31/03/2025
31/03/2025
31/03/2025
31/03/2025
31/03/2025
31/03/2025
30/03/2025
30/03/2025
30/03/2025
30/03/2025
30/03/2025
30/03/2025
30/03/2025
30/03/2025
30/03/2025
30/03/2025
30/03/2025
30/03/2025