En México muchas veces se aceleran los procesos, se le llama ‘joya’ o ‘portento’ a un elemento que lo hace bien, pero al engrandecerlo, se corre un riesgo grande. Es un juego de azar la decisión de vender un jugador joven a Europa que descresta con sus actuaciones o si es mejor dejarlo brillar un poco más, que aumente su cotización en el mercado con el riesgo que baje su rendimiento y pase absolutamente todo lo contrario.
El caso más recordado para muchos mexicanos es el de Javier López. Cuando el joven extremo debutó en el Guadalajara, la prensa lo infló a tal grado que lo llamaron: el “Messi mexicano”, un seudónimo muy fuerte cuando el jugador apenas llevaba unos cuantos partidos en primera división.
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Ahora, a la ‘Chofis’ se le ve fuera de ritmo, su condición física no es la ideal y aunque hizo parte del plantel que salió campeón con el Pachuca en el Apertura 22, su colaboración futbolística no fue muy basta. A partir de esas comparaciones, el atacante perdió el rumbo de su carrera, se le veía en fiestas, tomado y muy alejado de la versión que en un comienzo reflejó.
Jordan Carrillo es un jugador de 20 años, su debut en el Santos Laguna lo catapultó a la órbita europea con mucha ilusión y expectativa. Con los ‘Panzas Verdes’ estuvo dos años, deleitó con su regate, enganche y velocidad; no tardó mucho para que el Sporting de Gijón lanzara la propuesta y se quedara con el mexicano. Por desgracia, hoy está borrado en España, no es tenido en cuenta por su entrenador y puede ser una historia como muchas de un talento venido abajo sin esperanzas de recuperación.
22/11/2024
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