Por Luis Estrello
Chile está en estos momentos fuera de su tercera Copa del Mundo de forma consecutiva y con una crisis futbolística que no se le ve fin y es que aunque en México tengamos nuestros propios problemas a los cuales tampoco se les vé una salida inmediata, el caso de los sudamericanos preocupa por la forma en la que su llamada generación dorada, aunque dio muchas alegrías en su momento, hoy están en la sombra mundial.
Y es que la crisis no es algo menor, pues si tomamos en cuenta las últimas 10 ediciones de la Copa del Mundo, solamente han acudido a 2,lo que quiere decir que tienen menos participaciones en campeonatos mundiales los últimos 40 años que Guillermo Ochoa.
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Claro que nos acordamos de aquel 7-0 en contra de México en aquella Copa América Centenario del 2016, Chile tenía una selección que aunque no había pasado más allá de los octavos de final en Brasil 2014, había logrado enmendarse con su afición consiguiendo un bicampeonato continental ganando la edición del 2015 y aquella mencionada que se realizó en territorio estadounidense, consagrando un cambio generacional y apuntando a lo más alto en las siguientes ediciones.
Las burlas hacia nuestro fútbol no pararon de llegar y tardaron mucho en irse, mientras en Chile se veían siendo campeones del mundo en 2018, pero para sorpresa de muchos, aquel sensacional equipo que nos goleo dos años antes, no consiguió ir al mundial, pero ahí no terminaría su malaria pues para Qatar 2022 tampoco se metieron y hoy, están en la última posición de la tabla de calificaciones, con solo 2 unidades y moralmente destruidos y a pesar de que restan 8 juegos en la eliminatoria sudamericana y en el fútbol siempre puede pasar cualquier cosa, no se ve por donde puedan al menos alcanzar la repesca en el séptimo lugar.
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Chile deberá pasar por un proceso de reconstrucción de su combinado generacional gracias a un cambio generacional que poco a poco irá tomando su lugar y en algún momento saldrán de este bache, el Tri en cambio, a pesar de la crisis que acompaña a nuestra selección desde la eliminación de Rusia 2018, el nivel de la CONCACAF que ayudó a lograr la calificación con Gerardo Martino para Qatar 2022 y para 2026 ser uno de los anfitriones y por lo tanto no pasar por un tormentoso camino mundialista, terminan maquillando un problema que pudo ser mayor, aunque gracias a ello, podemos decir que no estamos tan mal como la roja.
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