Era heredero de Benítez, arruinó el bicampeonato del América y se hizo religioso

América es uno de los equipos que nunca se ausenta en el mercado de fichajes, sin importar la calidad de la plantilla, pues tiene el peso de mantenerse cada torneo en la pelea por el título. Sin embargo, en ocasiones las apuestas resultan adversas, como el caso de uno de los peores traspasos en Coapa de los últimos años. 

Chucho Benítez la rompió desde su llegada a la Liga MX contra Santos y a su regreso a la Comarca, el cual fue seguido por un par de años en las Águilas, donde rápidamente se convirtió en ídolo, aunque todo mundo sabía que pronto llegarían ofertas tentadoras para que saliera del cuadro capitalino.

A los primeros rumores, Ricardo Peláez se puso a trabajar en su reemplazo y contrató a su compatriota, Narciso Mina, quien llegó como el heredero de Benítez y a los pocos meses se marchó como culpable luego de que en la final de vuelta ante León en el Apertura 2013, donde no pudo encontrar la red en las múltiples ocasiones que se encontró frente al arco.

El regreso de Mina a México

Luego de su intento fallido de brillar con el Ave, Mina intentó acoplarse con Atlante, pero terminó migrando a Argentina por poco tiempo antes devolver a su natal Ecuador. Su regreso a México se dio en 2020, cuando lo hizo como parte de una congregación religiosa llamada ‘Atletas de Cristo’, con quien siguió predicando la fe que expresó en sus playeras cuando marcaba.