Liga MX

El peor vicio del jugador mexicano, según Ricardo la Volpe

El entrenador y su punto de vista sobre lo que sucede en el fútbol

Por Ricardo Patricio Constante

Ricardo La Volpe en el Mundial, tras ser eliminado (Fuente: Mexsport)
Ricardo La Volpe en el Mundial, tras ser eliminado (Fuente: Mexsport)
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Ricardo Antonio La Volpe, figura icónica del fútbol argentino y con un extenso y controvertido legado en México, fue el protagonista de una reciente entrevista en el prestigioso canal deportivo TyC Sports. El "Bigotón", conocido por su estilo de juego ofensivo y sus declaraciones sin rodeos, repasó su trayectoria en el balompié azteca, desde sus inicios hasta su paso por la selección nacional, dejando anécdotas y reflexiones que no pasaron desapercibidas.

La Volpe, quien dirigió a México en el Mundial de Alemania 2006 y dejó una huella imborrable en clubes como Atlante, Guadalajara y Monterrey, compartió sus experiencias y su visión sobre el fútbol mexicano. Habló sobre el talento del jugador azteca, la evolución de la liga y los desafíos que enfrentó durante su paso por el país. Sin embargo, la entrevista tomó un giro particularmente interesante cuando el periodista le preguntó sobre el que considera el peor "vicio" del futbolista mexicano y, en general, del jugador contemporáneo.

El peor vicio del jugador mexicano

Sin titubear, Ricardo La Volpe señaló al teléfono móvil como el principal problema que afecta la dinámica de un equipo en la actualidad. El estratega argentino, conocido por su atención al detalle y su exigencia en el trabajo grupal, considera que la omnipresencia del celular en los vestuarios ha generado una barrera invisible entre los jugadores, impactando negativamente la comunicación, la concentración y el espíritu colectivo.

"El celular es un mal, en los vestidores", sentenció La Volpe con la autoridad que le confieren sus años en el fútbol. El "Bigotón" explicó que la constante interacción con los dispositivos móviles aísla a los jugadores, impidiendo que se conecten entre sí y que se generen conversaciones valiosas sobre el juego, las tácticas o los aspectos cotidianos del equipo. En lugar de compartir momentos y fortalecer lazos, los futbolistas se sumergen en sus mundos virtuales, perdiendo la oportunidad de construir una verdadera camaradería.

La crítica de La Volpe no se limita al jugador mexicano; el entrenador argentino considera que la dependencia del celular en los vestuarios es un fenómeno global que afecta al fútbol en todas partes. La llegada de las nuevas tecnologías y la explosión de las redes sociales han transformado la forma en que los jóvenes se comunican e interactúan, y el ámbito deportivo no ha quedado exento de esta tendencia.

Según el "Bigotón", esta adicción al celular está erosionando los valores fundamentales del trabajo en equipo y la cohesión grupal, elementos que siempre han sido cruciales para el éxito en el fútbol. La pérdida de la comunicación directa y el contacto humano en el vestuario, espacios que antes eran vitales para fortalecer el espíritu colectivo, preocupa profundamente al experimentado entrenador.

¿Por qué los problemas con el celular?

La Volpe también abordó cómo el uso excesivo del celular afecta la concentración de los jugadores antes y después de los partidos. El entrenador argentino considera que la distracción constante que generan los dispositivos móviles impide que los futbolistas se enfoquen completamente en la preparación mental para el encuentro o en el análisis posterior de su desempeño.

En lugar de repasar las indicaciones del cuerpo técnico, discutir estrategias o reflexionar sobre las jugadas del partido, los jugadores están a menudo absortos en sus redes sociales, respondiendo mensajes o consumiendo contenido irrelevante. Esta falta de atención y compromiso con los aspectos cruciales del juego puede tener un impacto negativo en el rendimiento individual y colectivo.

Con su visión pragmática y su experiencia en la gestión de grupos, Ricardo La Volpe no se limitó a señalar el problema, sino que también propuso posibles soluciones. El entrenador argentino abogó por la implementación de normas más estrictas en los vestuarios, estableciendo horarios y espacios libres de celulares, especialmente en momentos clave como las horas previas a los partidos, el descanso y las charlas técnicas.


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