El empate agónico de Chivas ante Mazatlán dejó un sabor amargo en la afición rojiblanca. Si bien la necesidad de defender un resultado apretado en los minutos finales puede generar tensión y desesperación, la forma en la que el equipo incurrió en errores propios resultó frustrante. El penal concedido en el minuto 90 reflejó esa angustia por preservar la ventaja, pero la acción previa del portero Raúl Rangel, que terminó costándole la expulsión, evidenció una falta de concentración y una actitud impropia de un jugador profesional.
En lugar de enfocarse en la tarea primordial de intentar detener el disparo desde los once pasos, Raúl "Tala" Rangel protagonizó una acción inexplicable al ponerse a raspar el punto penal momentos antes de la ejecución. Este intento desesperado por influir en el cobro, además de ser antideportivo, resultó contraproducente al ganarse la tarjeta roja por conducta antideportiva. La expulsión del guardameta dejó a Chivas con un hombre menos en los instantes finales, añadiendo aún más dramatismo a un cierre de partido ya de por sí tenso y contribuyendo a la sensación de que el equipo cae en errores evitables.
La acción de Raúl Rangel no pasó desapercibida para la directiva de Chivas. Conscientes de la importancia de mantener la disciplina interna y de la necesidad de que los jugadores entiendan la trascendencia de cada partido en la lucha por el Play-In, el club ha tomado una decisión firme. Según la información proporcionada por el periodista Alex Ramírez, la directiva rojiblanca no tolerará más errores de este tipo y toda expulsión que se produzca a partir de ahora será sancionada con una compensación económica por parte del jugador.
Esta medida busca generar un impacto directo en la conciencia de los futbolistas, haciéndoles entender las consecuencias económicas que acarrean sus actos de indisciplina en momentos cruciales. La directiva espera que este castigo ejemplar disuada futuras acciones similares y fomente una mayor responsabilidad y concentración por parte de cada integrante del plantel.
La implementación de esta sanción económica tras la expulsión de Raúl Rangel envía un mensaje claro y contundente al vestidor de Chivas. La directiva busca inculcar en los jugadores la importancia de mantener la cabeza fría y la concentración en todo momento, especialmente en situaciones de alta presión donde cada error puede costar puntos valiosos. El objetivo es que los futbolistas comprendan la magnitud de lo que se está jugando en esta recta final del torneo y que sus acciones individuales tienen un impacto directo en el colectivo y en las aspiraciones del club.
Si bien la desesperación por defender un resultado puede ser comprensible en los minutos finales de un partido, esta no justifica actos de indisciplina como el protagonizado por Raúl Rangel. Chivas necesita aprender de sus propios errores y mostrar una mayor madurez en momentos de presión. La concentración, la inteligencia emocional y el apego al reglamento deben ser pilares fundamentales en el comportamiento de cada jugador dentro del terreno de juego. La implementación de sanciones económicas por expulsiones es una medida drástica pero necesaria para intentar corregir estas conductas y evitar que se repitan en el futuro, comprometiendo los objetivos del equipo en la Liga MX. La lección del empate en Mazatlán debe ser un punto de inflexión para un Chivas que no puede permitirse seguir perdiendo puntos por errores propios.
15/04/2025
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